Esta es una de esas Bodas que son especiales. Bodas donde prima la diversión, donde los novios quieren pasarlo bien con amigos y familiares. Risas y más risas y una fiesta de las que no se olvidan. Pasaron tantas cosas divertidas que sería muy largo enumerarlas todas. Una de las mejores sin duda fue cuando la novia lanzó el ramo, cosa que se está perdiendo y es una pena, y lo cogió precisamente quién más oportuno era, una de sus mejores amigas. Tras coger el ramo va su novio, hinca la rodilla en el suelo y le pide matrimonio con su anillo y todo. Si se ensaya no sale. Espectacular, lagrimas, emoción, risas y fiesta. Simplemente genial. Raquel y Ángel, muchas gracias por confiar en mí y darme el lujo de conoceros y poder disfrutar con vosotros de vuestra gran día.