Hoy tengo el placer de mostraros como fue la divertida y entrañable Boda de Clara y Diego en el Cortijo «Mi Ranchito», situado en Santiponce, Sevilla.
Ellos me contactaron a través de internet, me comentaron que les había gustado mucho mi trabajo y que querían una entrevista personal. Es siempre de mucho agrado cuando ves que tu trabajo le llega a alguien, porque a lo mejor tu crees que tu trabajo es bueno pero finalmente no consigues empatizar con el gusto de tus clientes. Esto me ha pasado algunas veces, hay cosas que sólo admiramos los fotografos y otras que sólo la admiran los novios. En fin, que fue un placer quedar a tomar con ellos un café en Nervión Plaza, dónde todo comenzó.
Tras unas semanas me confirmaron que sería yo su fotógrafo y nos dispusimos abuscar fechas para la preboda. La hicimos y nos quedó genial, muy divertida.
Luego nos volvimos a citar en Sevilla para ultimar todos los detalles de horarios, sorpresas y demás vicisitudes típicas de una Boda, ya si se notaba un poco de nerviosismo en el ambiente, es normal.
El dia del Boda me desplacé a Camas (Sevilla), en dónde novio y novia se vestían es las respectivas casas de sus padres. La casa del novio muy divertida, muchas ganas de guasa y muchas sonrisas. La casa de la novia igual, aunque ella un poco más nerviosa, lo cual es siempre la tónica general. Las novias llevan una carga emocional muy grande en este ultimo día, son muchos los preparativos, mucho el cansancio acumulado, mucho pensar, mucho organizar… Pasados los primeros minutos ya surgió «la Clara» que yo conocía, la sonriente y divertida.
Todos vestidos y todos listos, nos vamos al Cortijo. Me agrada ver a mi llegada un cuadro con una foto de la preboda en la entrada, orgullo profesional, y al entrar observo que el sitio de la ceremonia está precioso. La Luz perfecta del atardecer se cierne sobre nosotros, entre risas y lagrimas provocadas por los discursos de sus amigos y hermanos. Hay bastantes extranjeros en los invitados, con lo cual se escuchan algunos pasajes en un inglés que suena muy británico.
Ceremonia de la Arena, anillos, besos, manos entrelazadas, todo muy emotivo, tanto que lo comentamos a posteriori, una de las bodas civiles mas bonitas que haya tenido el placer de fotografiar. Muchas citas celebres, algo de poesía, bella música… un conjunto de sensaciones muy sugerentes y petalada por todo lo alto de la cabeza de los novios, como debe ser.
Luego lo típico, canapés, cena y fiesta, mucha fiesta. Muy buen ambiente, diversión y regalos y una de las fotos que mas me ha gustado de la Boda, la última de todas. ¿Sabéis por qué?
Hasta la próxima.